header-photo

Las crónicas del viajero: Un día como cualquiera

Bienvenidos de nuevo a este blog. Urgando en mi pasado encontré un par de escritos bastante interesantes, uno de ellos muy, pero muy personal (y que no pondré aquí) y otro que si voy a compartirles en unas cuantas líneas más... Supongo que es momento de retomar esto y ver si puedo expandirlo un poco :).

Ojalá y les sea de su agrado.

Saludos.

-------------------------------------------------------------------

Hace tiempo que no venía a este lugar. Es tan hermoso que me incita a olvidar mis tareas... Mis propósitos. El hecho de tener una responsabilidad tan grande hace que visitar este lugar sea menos constante. El sonido de las olas me relajan, me dicen que debo pensar más en mi y menos en mis benefactores. Es extraño que les diga "benefactores" cuando lo que han hecho es todo lo contrario... Me han dado este "don" como ellos le llaman, un poder que no se le otorga a cualquiera.

¿Oh? ¿Desde hace cuanto estás aquí? Seguramente escuchaste mis quejas... Se supone que no puedo quejarme, no puedo ni siquiera decirles que ya estoy harto... Tu me entiendes, ¿verdad? Es como si le pidieras permiso a tus padres de salir con tus amigos y ellos te respondieran que no estás en edad para esas cosas. Lo hacen por tu bien... Y que tarde o temprano se los agradecerás. Solo que tus padres no son seres cósmicos, ni mucho menos intolerantes... Ellos te quieren, te aman... Y cada que dicen "es por tu bien", sabes que al final así es...

¡Ja! Seguramente no sabes de lo que estoy hablando... Al menos no al 100%. 

Imagina que un día como cualquiera vas caminando por la calle, miras a la gente que va y viene. Miras hacia los lados de la calle para ver si no se aproxima un loco (o una loca) al volante. Logras llegar a la entrada de tu cafetería favorita y en un parpadeo, todo está oscuro. A excepción de una forma extraña y brillante que te mira de cerca y comienza a jugar contigo... No voy a profundizar en esos detalles, tan solo recordarlos hacen que se me revuelva el estomago.

Después de todo ese espectáculo innombrable apareces en quién-sabe-dónde, sin ropa y con una especie de artefacto que cuando lo tocas algo se mete en tu cabeza y comienza a darte una breve explicación  de qué es lo que te toca hacer de ahora en adelante. Desde ese entonces me he sentido utilizado, supongo que encuentras el sentido de ironía en ésta última parte. No te culpo...

¿Qué es lo que hago? Yo soy lo que mis benefactores llaman: un "viajero". Y... Oh, genial... ¿Ves esa cosa que viene ahí? ¿Esa esfera brillante? Son nuevas ordenes... Y hay que obedecer.

A pesar de que no te conozco, me caes bien... Te propongo algo, la proxima vez que regrese aquí te contaré algo de lo que he hecho. ¿Podrás soportar la duda? ¿Tendrás la paciencia suficiente? Quizá hasta comparta contigo "eso" que he guardado por mucho tiempo. No es nada fuera de lo ordinario, al menos no para mi... Ya lo sabrás.

Hasta entonces...

0 comentarios: