header-photo

Las crónicas del viajero: Toscania

Bienvenidos de nuevo a este blog. A continuación el tercer capítulo de las crónicas del viajero. Espero lo disfruten =).

------------------------------------------------------------------------------------------

No cabe duda que venir a este lugar es una de las pocas cosas que agradezco por ser lo que soy. El sonido del mar, la tranquilidad de este lugar hacen que me olvide por un tiempo de mi deber. Claro, mientras no me envíen nuevas ordenes.

Ya sé que estás ahí, acércate. Quiero que disfrutes mientras este momento perdure, debo decir que eres la única persona a la cuál le he compartido algo de mí. No sé que es lo que opines, pero después de todo lo que te contado creo que debe de haber alguien que tenga conocimiento acerca de mí, de los que estuvieron antes de mí y de los que estarán después de mi. Imagina eso... El vigilante de los viajeros.

Por ese motivo, te recomiendo que no olvides lo que te he compartido, no lo guardes en tu memoria. No es el lugar más seguro que exíste en el universo. El conocimiento se comparte, solamente así puedes recordar algo y dejar que no se olvide.

A lo que me lleva a recordar algo que ocurrió no hace mucho. El conocimiento es una de las herramientas más poderosas del universo. Si conoces, tienes el poder...

Toscania fué un reino. Uno de tantos que existían en una galaxia lejana... ¿Cómo se llama esa galaxia? No importa, ponle el nombre que más te guste.

Se diferenciaba de los otros reinos por tener una de las bibliotecas más grandes de aquél lugar. No eran guerreros, mucho menos diplomáticos. Las puertas se abrían a estudiosos como a dictadores que se acercaran a Toscania con el objetivo de ganar conocimiento. ¿Para qué usarían el conocimiento? Para Toscania no era de importancia.

La biblioteca era enorme, una torre que crecía y crecía hasta el infinito. Como si todo el conocimiento del universo estuviera en ese lugar. La entrada era un arco enorme, majestuosa, digna de los reyes más honorables de algún otro reino extranjero. Y sin embargo, no había puerta... Símbolizando que el conocimiento era para todos y que a nadie se le debía negar. Si tu sed de conocimiento es inmenso, no te alcanzaría la vida para recorrer toda la biblioteca. Tal es así que quienes visitaban tal lugar, sabían que debían darse un tiempo límite o nunca saldrían. Imagina qué les pasó a aquellos que no salieron.

Dentro de la biblioteca había una sección que destacaba entre las muchas secciones que ahí se encontraban. Era una pequeña habitación, solo una mesa dos sillas decoraban el lugar. Si decidías tomar asiento en alguna de las dos sillas lograbas ver una silueta, un ser vivo que poco a poco cambiaba de  forma, para asemejarse a quien se sentara enfrente. ¿En qué se transformaba la mayor de las veces? Jeje, no lo sé... Pero puedo decirte que si un humano hubiera visitado ese lugar quizá pudo haber tomado la forma de una bellísima dama o de un galante caballero. O tal vez la forma de un bebé. ¿Te imaginas? Ver enfrente de ti como una silueta va tomando la forma de la persona que es o fué lo más importante en tu vida, ¿lo imaginas? Toscania siempre estuvo llena de misterios.

No importa la forma que tomara, siempre estaba dispuesta a responder todas tus dudas. O bueno, casi todas...

Ojalá Toscania estuviera accesible. Me respondería tantas dudas... Demasiadas... Solo quedan los recuerdos de un lugar que alguna vez existió. Ni mis benefactores saben exáctamente qué ocurrió con ese lugar. Solo hablan de lo que fué... Y de lo que pudo haber sido. Yo estuve ahí... Antes de que dejara de existir. Quizá algún día tu descubras qué fué lo que pasó.

Mmm... Nuevas órdenes. Creo que es momento de irme. Descuida, volveré... Quizá no tarde tanto como esta vez.

Hasta entonces...

0 comentarios: